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viernes, 9 de julio de 2010

Eran las 4:20 a.m.

Sí, eran las 4:20a.m cuando sonó el celular. Lo primero que se me vinó a la mente fue pensar que algo le había sucedido a mi abuela o a mis padres. Me asusté tanto que boté la lámpara al suelo.

Al contestar escuché la voz de Jairo que me decía:
-Arriba dormilón. -
-¿Qué?- contesté entre sorprendido y muy dormido.
-Arriba, que estoy frente a tu casa para que vayamos a correr- me dijo.

5 minutos después nos dirijiamos a la Sabana. Corrimos durante una hora en el aire frío de la madrugada josefina. El viento aliento fresco de la mañana nos dio en la cara, seguros, tránquilos como viejos amigos, sin competir, solo palabras de aliento.

Al llegar a la casa, invite a Jairo a pasar, haríamos café y desayunariamos cualquier cosa. Tan solo entrar nos besamos sin importar el sudor. Nos duchamos juntos enjabonándonos como niños y salpicando el piso.

Nunca he tenido estas experiencias de camaradería con otro hombre, nunca tuve hermanos, ni primos. Que bien me he sentido esta mañana.

Hoy por la noche es la fiesta de cumpleaños. Espero poder contar lo que suceda.

1 comentario:

  1. kristofer: Me he sentado a decidir por mi futuro, ahora con el apoyo de mi abue, voy pa'lante.

    Gracias.

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